La Riviera Maya es el paraíso mexicano que enamora a todos los viajeros. Uno de los destinos turísticos más importantes del mundo y con una diversidad de actividades para todo tipo de público. Pero cómo no va a enamorarnos si está bañada por las aguas del mar Caribe y su gama de azules que varían por hora. Ubicada en el estado de Quintana Roo y rodeada de las espectaculares playas de la península de Yucatán, Riviera Maya fue la primera y última parada durante nuestro viaje con Visit México.
Tuve la oportunidad de ver con mis propios ojos algunos de los tesoros naturales y arqueológicos más importantes del mundo maya. Te recomiendo contratar una excursión con guía porque son ciudades con historias milenarias que se perciben de otra manera cuando te explican su contexto. Por fortuna Riviera Maya Tourism nos organizó un full day con Alltournative y nuestro guía, Alfredo Kuri, nos explicó distintas teorías sobre esta avanzada civilización mientras recorríamos las ruinas de Tulum, nos adentrábamos a la selva en Cobá y nadábamos en el inframundo de una auténtica comunidad maya.
Comenzamos muy temprano a eso de las 07:00H, estos son los tres lugares que visitamos en un día de excursiones en la Riviera Maya.
Descubre Tulum, la ciudad maya junto al mar
Tulum es quizás el sitio más fotogénico de todo México y eso se debe a que es la única zona arqueológica que se asienta a la orilla del mar. Fue una ciudad amurallada y una de las principales urbes mayas de los siglos XIII y XIV, era un puerto comercial conectado con las rutas de explotación de las riquezas marítimas de las costas.
Las ruinas de Tulum están situadas sobre un acantilado frente al mar Caribe. Los españoles llegaron en 1518 y la describieron como una ciudad más grande que Salamanca con torres más altas que las de la Catedral de Sevilla. Como dato curioso la ciudad se llamaba antiguamente Zamá (significa amanecer). Dicen que tiene relación con la ubicación estratégica y la alineación poniente-levante de sus edificios. No olvidemos que los mayas fueron grandes astrólogos y al parecer esta ciudad fue un punto de observaciones astronómicas. Todavía hay restos de sus observatorios.
Menos mal que seguimos los consejos del guía: ¡madrugar! Había poca gente cuando llegamos al Parque Nacional Tulum por lo que pudimos disfrutar de sus vistas casi para nosotros solos y, lo que es mejor aún, tener espacio para fotografiar.
Una de las cosas que más me impresionó fue el paisaje salvaje que tiene Tulum. Una muralla de planta protege sus pirámides y templos que parecen estar colgados al borde de los acantilados. El Castillo es el basamento más alto e importante. Debajo la playa del Paraíso, famosa en Riviera Maya y desde donde se organizan excursiones a la Barrera de Coral Mesoamericana. En el parque también se encuentra un área de desove de tortugas marinas, durante junio y octubre la caguama y la tortuga blanca llegan para poner sus huevos.
Recuerda ir con zapatos cómodos y ropa fresca. Protector solar siempre contigo y llevar una botella de agua, el clima rebasa los 30 grados y es una zona descubierta. También lleva bañador y toalla por si quieres bajar a la playa y nadar. Lo más importante es ser viajero responsable, muchas zonas de Tulum están acordonadas con letreros que avisan que está prohibido pasar. Por favor no cometas la imprudencia de saltarte la norma solo por una foto.
Espero volver pronto a Tulum para ser testigo de un espectacular amanecer y caminar por la playa bajo una cálida noche estrellada. La siguiente parada fue otra zona arqueológica que casi siempre incluyen las excursiones en la Riviera Maya: Cobá.
Vive una aventura en Cobá, la ciudad maya oculta en la selva
Después de una hora de viaje aproximadamente, llegamos a las ruinas de Cobá donde te sientes como un explorador en medio de la selva maya. Un recorrido por libre que se puede realizar caminando, en bici o alquilando un rickshaw ida/vuelta (una especie de triciclo de carga con conductor) que vale 125 pesos durante una hora y media.
En Cobá entendí lo que nuestro guía Kuri nos dijo al comenzar las excursiones en Riviera Maya: “los mayas nunca adaptaron el medio ambiente a sus necesidades, adaptaron sus necesidades al medio ambiente”. Es impresionante ver las construcciones de piedras mimetizadas dentro de una jungla tupida de árboles con años de madurez. Con todo lo que nos había contado Kuri, mi imaginación comenzó a viajar en el tiempo hasta llegar al período clásico de la civilización maya.
Después de un trayecto más o menos largo, con paradas para ver el observatorio astronómico o los aros que quedan en lo que antes fue una cancha del juego de pelota maya, el recorrido terminó a los pies de Nohoch Mul. Es la pirámide más alta de la Península de Yucatán y visitarla es un privilegio, ¡se puede subir! Eso sí son 120 escalones no aptos para quienes sufren de vértigo. Yo subí piano piano hasta elevarme 42 metros sobre la selva y encontrarme cara a cara con un gran manto verde, un paisaje exuberante que te saca un súper ¡guao!
Ya había visitado Chichén Itzá y -aunque me pareció espectacular- la pirámide de Nohoch Mul me sorprendió mucho más. Creo que se debe porque es de las pocas edificaciones mayas que está abierta al público. Además Cobá tiene mucha magia, muchos secretos escondidos por la selva y a diferencia de Chichén Itzá o Tulum no ha sido tan explorada y restaurada.
Mi recomendación si decides llegar a lo alto de la pirámide Nohoch Mul es que no voltees mientras estés subiendo. Si ves que la bajada te da mucho susto trata de sentarte en los escalones y bajar poco a poco. Y sobre todo un seguro de viaje, vi cómo una chica alemana se mareaba al subir y se raspó toda la pierna izquierda con los escalones de la pirámide.
En lo más alto de la pirámide Nohoch Mul contemplé en silencio la grandeza de la naturaleza y recordé una frase maya que me habían regalado durante el viaje. “Alab óol jun náay aj” (la esperanza es un sueño despierto)
Visita Tres Reyes, una auténtica comunidad maya
Para finalizar el interesante día de excursiones en la Riviera Maya, visitamos la comunidad Tres Reyes en medio de la selva. Una zona aislada donde viven muchas familias mayas que participan en los proyectos ecoturísticos de Alltournative. De esta manera garantizan un trabajo directo dentro de la comunidad y las personas no tienen que emigrar.
En el camino Kuri nos enseñó algunas palabras en maya para aprender a decir gracias, de nada, buenas tardes… para poder comunicarnos y ser agradecidos con la gente de la comunidad. Marino, el chamán, nos dio la bienvenida con un ritual maya pidiéndole permiso a los dioses para dejarnos bajar al Cenote Chimuch que significa cenote de la vida.
Nadar en un cenote es adentrarse en el lado más salvaje y exuberante del inframundo de los mayas y, como alguien dijo, es “encontrar el corazón agujereado de la selva”. El Cenote Chimuch es hermoso, conocimos la historia del lugar y hasta tuve la oportunidad de liberar una tortuguita que estaba atrapada entre las piedras.
Almorzamos un auténtico menú maya que incluía sopa, frijoles, pollo, salsas picantes caseras, patatas, verduras, arroz, tortillas y una fresca agua de flor de Jamaica. También nos llevaron a una choza para ver cómo las mujeres de la comunidad preparaban las tortillas de maíz hechas a mano y, por su puesto, quise aprender. No me quedaron tan mal gracias a que Arelis me enseñó algunos trucos y me regaló unas cuantas sonrisas.
Hay mucho por ver en la Riviera Maya pero si tu visita es breve ten en cuenta estos tres lugares que no te puedes perder. Reservar excursiones en la Riviera Maya es ideal porque tendrás la oportunidad de aventurarte por una selva mágica que tiene mucho que contar. Este full day de Alltournative fue inolvidable, educativo, social y ecológico. Quedé más enamorada de México y solo me queda decir Yuum botik (¡gracias!) a los mayas por su legado y a todas las personas que hicieron este viaje sorprendente.